Imagínate la siguiente escena. Un día de tantos, te encuentras con un amigo al cual tenías muchísimo tiempo de no ver. Después de saludarlo de manera efusiva, comienzas una conversación amena con él; de repente, sin previo aviso, sientes que un gas intestinal está deseoso de querer escapar de tu organismo. ¿Qué haces en ese momento? ¿Dejas que ese “mal espíritu” que llevas dentro salga libremente, aun sabiendo que al hacerlo podría hacer un gran ruido o dejar una hedentina en el ambiente? o ¿haces hasta lo imposible para que no se escape?
Seguramente, tratarás a toda costa de retenerlo y concluirás de inmediato la plática. En este caso prevalecerá el deseo de dejar una buena imagen tuya en tu amigo y no quedar como la persona más flatulenta del mundo.
Y es que, las flatulencias no son algo que cualquier persona quiera expulsar cuando se encuentra en compañía, inclusive frente a los miembros de su familia o con sus mejores de confianza. Aunque es un impulso de lo más natural, se evita a toda costa cuando se está en compañía de otras personas.
Según el Diccionario de Real Academia Española, los pedos son “ventosidades que se expelen del vientre por el ano”. Son una mezcla de gases que se expulsa por el ano con un sonido y olor característicos; están producidos por bacterias y levaduras simbióticas que viven en el tracto gastrointestinal de los mamíferos, y por partículas aerosolizadas de sus excrementos.
Científicamente se ha comprobado que esa mezcla de gases representa ciertos beneficios para la salud, entre ellos la reducción de la inflamación en los intestinos, la disminución del dolor abdominal, la detección de enfermedades, e incluso el control de las dietas.
Algunos especialistas en gastroenterología sostienen que no permitir la expulsión de las ventosidades podría aumentar el riesgo de inflamación a los intestinos e incluso provocar estreñimiento o cólicos.
Según el doctor Evaristo Ruano, retener las flatulencias demasiado tiempo no es bueno ya que podrían causar molestias a nivel abdominal.
“No permitir que las ventosidades salgan con normalidad puede originar dolor abdominal. La inflamación del abdomen podría estar acompañada de una retención de malos olores que al ser expulsados son todavía peores. En casos muy graves, podría ocasionar peritonitis”, refiere el doctor Ruano.
El especialista manifiesta que, para evitar situaciones incómodas frente a otras personas, lo mejor es evitar comer una o dos horas antes de un compromiso importante o eliminar de la dieta alimentos y bebidas que aumentan la producción de gases intestinales, entre ellos, repollo, brócoli, coliflor, frijoles, rábano, huevo y bebidas gaseosas.
El doctor Ruano también recomienda no comer en exceso, sobre todo comidas grasosas o chatarras y alimentos con alto contenido de trigo.
Algunos gastroenterólogos sospechan que uno de los problemas más importantes al retener una flatulencia por mucho tiempo, es la obstrucción grave en el colon. Según ellos, el recto puede llegar a desarrollar una afección llamada diverticulitis que aumenta el riesgo de la aparición de pequeñas bolsas que se hinchan como un globo y que con el tiempo podrían estallar.
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