Una joven muere dos días después de transmitir su recuperación a su familia

Una estudiante estadounidense de 20 años falleció en su propia habitación por una embolia pulmonar derivada de una infección por coronavirus.

Bethany Nesbitt, una estudiante estadounidense de 20 años, ha fallecido repentinamente en su habitación de la residencia de estudiantes Grace College, donde vivía. La joven se encontraba cumpliendo con la cuarentena establecida tras haberle sido realizada una prueba PCR cuyo resultado positivo nunca se supo debido a un error administrativo.

El primer test se le realizó el día 22. Sin embargo, cuatro días más tarde tuvo que acudir al hospital de urgencia al caer drásticamente los niveles de oxígeno en sangre. Los médicos, a pesar de tener sintomatología compatible con la COVID-19, decidieron no hospitalizarla al no considerar su caso grave.

Nesbitt, según informaba en sus redes sociales, se encontraba mejor, sin fiebre y con unos niveles de oxígeno normales. Pero una embolia pulmonar provocada por un coágulo de sangre que no fue detectado en su paso por urgencias, tal y como confirma la autopsia, fue la causante de su fallecimiento el pasado día 30 de octubre.

Coronavirus en jóvenes

El hermano de la víctima, el periodista de The Athletic, Stephen J. Nesbitt, ha querido mandar un mensaje en sus redes sociales para concienciar a la ciudadanía y, en especial, a los más jóvenes. “No penséis que por ser jóvenes no vais a contagiaros del virus. Bethany tenía cuidado, llevaba siempre mascarilla y se distanciaba de los demás”, ha escrito en un comunicado en nombre de su familia.

Según ha añadido, su hermana era una persona que padecía asma, por lo que pertenecía a uno de los principales grupos vulnerables ante la enfermedad. Este fallecimiento ha llamado la atención en la comunidad científica sobre algunas consecuencias difícilmente detectables producidas, especialmente, en la población juvenil.

Extraído de: as

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