El Ministro de Educación de la República Dominicana, Ángel Hernández, ha destacado la priorización de la educación para la paz en la reforma del currículo del país. En su intervención en la 42 Conferencia General de la UNESCO en París, resaltó la importancia de fomentar valores y principios para una sociedad menos violenta y más orientada hacia la comprensión mutua y la resolución pacífica de conflictos desde las escuelas.
Hernández reconoció el papel estratégico de la UNESCO en la promoción de los valores de la paz y expresó su apoyo a la revisión de la resolución de 1974, señalando la necesidad de una educación para la paz que trascienda los límites de esa resolución en proceso de modificación.
Además, mencionó la creación de Mesas de Diálogo en el Ministerio de Educación para abordar conflictos potenciales entre el sindicato docente y la administración, buscando una gestión más participativa y horizontal.
Destacó la integración de principios constitucionales sobre educación en los documentos curriculares, haciendo hincapié en una ciudadanía responsable y global. Hernández enfatizó que la educación debe inculcar valores de comprensión, respeto mutuo y apertura a otras culturas para promover una convivencia pacífica.
Asimismo, subrayó la importancia de la igualdad en el acceso a la educación, sin discriminación por género, origen social o nacionalidad. Se enfoca en una educación universal y gratuita para todos los niños, incluyendo a aquellos en situación irregular en el país.
El Ministro también resaltó la prioridad en la igualdad de género en la educación y la recuperación del aprendizaje perdido durante la pandemia como parte de las preocupaciones y acciones prioritarias del país.
Señaló la importancia de abordar la educación vial, ambiental y sexual para reducir accidentes de tránsito, enfrentar la deforestación y prevenir embarazos tempranos en adolescentes, considerándolos aspectos de violencia sobre los cuales la educación debe intervenir.
Hernández compartió que se trabaja en mejorar la educación pública para lograr una mayor equidad e igualdad, implementando un código de ética para evitar el acoso y un manual de convivencia para regular las relaciones entre los alumnos y reducir actos violentos en entornos educativos y sus alrededores.
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